París es una ciudad llena de historias, algunas de ellas olvidadas por el tiempo. Entre sus rincones más antiguos se encuentra el Marché des Enfants Rouges, el mercado cubierto más viejo de la capital francesa, nacido en 1615, cuando Luis XIII aún gobernaba. Su nombre evoca la memoria de un orfanato cercano, donde niños vestidos con capas rojas—símbolo de caridad—vivían sin saber que su legado quedaría impregnado en la ciudad mucho después de su desaparición.
Pero el tiempo es cruel. Lo que alguna vez fue un centro vibrante de comercio y encuentro, cayó en el abandono. La vida acelerada de París olvidó su existencia y en 1995, sus puertas se cerraron, dejando solo el eco de conversaciones pasadas.
Hubo quienes se negaron a olvidar. La comunidad luchó, recordando que un monumento histórico no solo es piedra, sino alma. Finalmente, en 2000, el mercado revivió, aunque nunca volvería a ser el mismo. Hoy, entre los pasillos de este antiguo refugio, se mezclan aromas de cocinas lejanas: platos marroquíes, italianos, japoneses… Pero ¿qué queda de su espíritu original? ¿Cuántos de los que hoy lo visitan conocen la tristeza que esconde su historia?
• Un lugar de memorias que se desvanecen.
• Un rincón donde el pasado aún susurra.
• Un mercado que lucha por no ser olvidado.
Si alguna vez caminas por la Rue de Bretagne, detente un momento. Escucha. Tal vez aún puedas oír las voces de los Niños Rojos.